Con motivo del Día de las Madres, destacamos las historias de dos de las participantes del Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR) que se destacan porque desarrollan negocios junto con sus hijos.

Nikolas tiene 9 años y Gustavo 34. Los separa más de dos décadas de vida; sin embargo, algo tienen en común: están hilando un extraordinario lazo laboral con sus progenitoras, María de Lourdes Ortiz y Lourdes LLuberas González, respectivamente. Ambas son participantes del Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR), que se administra junto con las organizaciones sin fines de lucro, Mujeres de Islas, OPDH y CMTAS Yauco. Con motivo del Día de las Madres, nos unimos a la celebración destacando este par de historias que cuentan el trayecto empresarial de dos madres que nos animan a seguir apostando por el desarrollo económico del país, desde la base comunitaria.

Nikolas & María de Lourdes: “Hemos acogido a VelaLuz como una oportunidad para crear una historia juntos” 

María de Lourdes Ortiz, de 46 años de edad y madre soltera, trabaja a tiempo completo, por lo que encontrar espacios para desarrollar su emprendimiento, VelaLuz, LLC., ha sido retante, pero está tan comprometida con el proyecto, que sigue impulsando su desarrollo. Con el apoyo de Sede de Incubadora Solidaria de Mujeres de Islas, ha logrado crear el Plan de Negocios y ahora se encuentra en la etapa de experimentación de componentes para las velas, por ejemplo, la cera. “Queremos asegurarnos que tenemos ceras naturales que no contengan ningún tipo de químico y sean amigables con el medio ambiente. Además, que puedan ser utilizadas en el clima de Puerto Rico. También estamos en conversaciones con diversas empresas para el desarrollo de las fragancias de las velas.  Cada una de las fragancias de VelaLuz son fragancias únicas creadas exclusivamente para VelaLuz. Así que estamos en las etapas iniciales del desarrollo de esas fragancias”, detalló.

María de Lourdes decidió incubarse porque ha manejado proyectos y programas en organizaciones sin fines de lucro, en distintos niveles, por lo que está consciente de la necesidad de los procesos y etapas para que las cosas salgan bien. Quería, entonces, estar segura de los pasos que necesitaba ejecutar para tener un negocio exitoso y sustentable. La empresa se especializa, destacó, en la fabricación y venta de velas 100% artesanales. “Nos esforzamos en crear y ofrecer un producto exclusivo de alta calidad que no solo iluminen los hogares de nuestros clientes, sino que también proporcione una experiencia de armonía espiritual única.  Buscamos que nuestras velas creen un ambiente acogedor para nuestros clientes”, compartió la residente de Guaynabo.

Y eso precisamente da una pista de lo que significa VelaLuz. “En cada espacio, en cada situación, siempre podemos ver la luz”.

¿Cuál ha sido tu principal reto?  

María de Lourdes: Acceder a los materiales que deseo para la fabricación de las velas.  Considerando la calidad que espero, encontrarlos ha sido un proceso de altas y bajas.  El tiempo que debo dedicar a los procesos que requiere VelaLuz, ha sido un reto, además. Soy mamá soltera, trabajo a tiempo completo, así que encontrar los espacios para trabajar este emprendimiento ha sido un reto. Pero esto me ha ayudado a entender lo importante de mantenerme enfocada en lo que deseo lograr a través de VelaLuz. 

¿Por qué decidiste involucrar a tu hijo?

María de Lourdes: Como familia de dos, siempre hemos sido un equipo y esta nueva experiencia no iba a ser la excepción. Yo no puedo visualizar mis proyectos o ideas sin él.  Además de ser un niño muy creativo, Nikolas tiene una vena científica natural e innata.  Le encanta experimentar, mezclar, observar y estas son cualidades importantes para hacer una vela. Yo fui quien eligió el nombre de VelaLuz, pero cuando se lo presenté a Nikolas inmediatamente entendió la idea detrás del nombre, no hubo necesidad de explicárselo. Eso me dejó saber que él es parte de este proyecto.

¿Con qué tareas colabora tu hijo?

María de Lourdes: Nikolas ha sido parte de esta experiencia desde un inicio. Él fue la primera persona al que le dije de este emprendimiento.  Estuvo conmigo cuando recibimos nuestra primera caja de materiales y fue quien vertió nuestras primeras velas.  Ahora mismo, es él quien está pensando en cómo debería ser nuestro logo.  

¿Cómo este vínculo laboral ha agregado valor a la relación madre e hijo?

María de Lourdes: Detrás de VelaLuz hay una historia de inspiración de parte de Dios que llegó en el momento que más lo necesitábamos, porque aunque trabajo a tiempo completo, la situación económica estaba complicada; necesitaba generar ingresos adicionales.

Destacó, además, que tanto “Nikolas como yo, hemos acogido a VelaLuz como una oportunidad para crear una historia juntos.  Ambos sabemos que VelaLuz está lleno de bendiciones, no solo para nosotros como familia, pero para otros”.

María de Lourdes Ortiz

Durante el proceso, ambos han ganado grandes lecciones.

“Hemos aprendido a ser pacientes el uno con el otro. Como mamá siempre ha sido un ejercicio de recordar que es un niño de 9 años.  Que, aunque él es parte de este proyecto, sus interés y expectativas son muy distintas a las mías y que por lo tanto debo reconocerlo desde esa realidad. Para Nikolas ha sido un proceso de como él se ve siendo parte de VelaLuz, cuál es su rol, y entender que su opinión es importante y que mamá espera que él opine y participe”, dijo.

Gustavo & Lourdes: “Ésta empresa nos ha unido aún más”

Lourdes Lluberas González, su esposo Luis Arroyo y su hijo Gustavo Arroyo Lluberas decidieron convertir una finca adquirida con propósitos recreacionales en un negocio de producción y venta de café.

La mujer de 67 años de edad y jubilada de fisiatra, contó que cuando estaban limpiando la finca, comenzaron a hablar sobre la posibilidad de sembrar café… Gustavo les dijo que podía hacer un negocio si ellos se unían y lo ayudaban. “Y que no hace uno por los hijos”, dijo Lourdes. Entonces, comenzó la aventura.

Actualmente están trabajando con la adquisición de un nuevo local para mudar las operaciones de su empresa Rancho Contento Inc., con el apoyo de la incubadora de CMTAS Yauco. Las nuevas instalaciones albergarán el equipo de beneficiado húmedo y seco, la torrefacción, el almacén y la empacadora.

Rancho Contento está enfocado en producir, procesar y elaborar un café de especialidad, puramente puertorriqueño, y en un sistema agroforestal y sustentable. Su aspiración es posicionarse en el mercado como un negocio innovador, mientras promueven el café de especialidad local e internacionalmente. Lourdes se encuentra trabajando con la redacción del Plan de Negocios. “Decidí incubarme con miras a obtener conocimiento sobre los documentos necesarios para formalizar un negocio y aprender técnicas de agricultura”, ya que estas últimas también son ofrecidas por la incubadora, mencionó.

Mientras Lourdes se enfoca en el proceso de incubación, Gustavo se involucra con otras partes del negocio y participa de varios proyectos relacionados con este como el biodigestor, el vivero de árboles, la siembra de árboles de café, bajo sombra; y un estudio de suelo y broca en cafeteales locales.

“Esta empresa nos ha unido más y hemos desarrollado paciencia, solidaridad, respeto, confianza y comprensión”, expresó. “Hemos aprendido, ambos, que necesitamos compromiso y tolerancia para que las cosas funcionen”.

Lourdes Lluberas González

Entre los retos de levantar el negocio, mencionó las situaciones climáticas y la poca mano de obra disponible. También expresó su deseo de desarrollar un logo y una identidad de marca más profesional a través de los servicios de un artista gráfico que proveerá la FCPR a los participantes del Programa SBIA.

Para conocer más del Programa de Incubadoras y Aceleradoras de Pequeñas Empresas, visita este enlace.