Por Hiram Williams Figueroa, J.D. / Director de REBIA y profesor adjunto de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico

Imagina celebrar la libertad mientras sigues encadenado por estructuras invisibles. Esa es la realidad de muchas comunidades afrodescendientes en las Américas. Conmemoramos la abolición de la esclavitud en Puerto Rico en 1873, pero las mismas estructuras que forjaron esas cadenas siguen vigentes. ¿Podemos llamarlo una victoria cuando los sistemas de opresión continúan despojándonos de nuestros derechos fundamentales? ¿Es la “abolición” solo una ilusión bien construida en una tierra aún atormentada por su pasado y presente colonial?

La Sombra Cambiante de la Esclavitud

La esclavitud no desapareció con un simple decreto. Se transformó, se adaptó y se infiltró en el tejido mismo de nuestra sociedad. Aunque las cadenas físicas se rompieron, fueron reemplazadas por el peso sofocante del racismo sistémico, la disparidad económica y la exclusión social. Bajo la apariencia de una era “post-esclavitud”, seguimos atrapados en un ciclo de marginación.

Los Grilletes Legalizados: Vacíos Constitucionales y Trabajo Forzado

Existe una contradicción alarmante en nuestra realidad colonial: la Constitución de Puerto Rico prohíbe el trabajo forzoso, mientras que la Constitución de los Estados Unidos permite excepciones para las personas privadas de libertad, de las cuales la mayoría son negras y marginadas. Este vacío legal mantiene una forma moderna de esclavitud, donde cuerpos racializados son explotados bajo el disfraz del “castigo”.

El sistema penitenciario, convertido en una industria lucrativa, perpetúa la violencia histórica contra las comunidades negras y empobrecidas. Esta “excepción” constitucional es un claro recordatorio de que la esclavitud nunca fue erradicada; simplemente cambió de nombre y sigue presente en Puerto Rico.

Es fundamental analizar las implicaciones éticas y legales del trabajo penitenciario. Aunque se presenta como parte del proceso de rehabilitación, cualquier legislación debe garantizar que dicho trabajo sea voluntario, con compensación justa y condiciones dignas. Se debe evitar cualquier forma de coerción o explotación y asegurar que los derechos laborales de los confinados sean respetados.

Actualmente, el Senado de Puerto Rico debate el Proyecto del Senado 61, que busca enmendar la Ley 166-2009, conocida como la Ley de Contratación de Confinados para la Realización de Diversas Tareas. Esta legislación regula el empleo de personas confinadas en labores como agricultura, ornato y construcción, con la promesa de reinserción social. Sin embargo, las enmiendas propuestas buscan expandir este programa al sector privado, incluyendo entidades con y sin fines de lucro, lo que podría abrir la puerta a nuevas formas de explotación laboral y esclavitud moderna dentro del sistema carcelario.

Resistencia: Nuestra Arma Contra la Invisibilización Racial

A pesar de la opresión constante, las comunidades afrodescendientes han resistido. Nuestra resiliencia es testimonio del espíritu inquebrantable de nuestros antepasados. Sin embargo, esta resistencia sigue siendo silenciada, ignorada o criminalizada, perpetuando un ciclo de injusticia.

La verdadera emancipación no es un evento histórico, sino una lucha continua. Debemos desmontar el mito de que “la esclavitud terminó” y desmantelar las estructuras que perpetúan la desigualdad. Es hora de recuperar nuestra narrativa, amplificar nuestras voces y exigir justicia.

Un Llamado a la Acción: Encendiendo el Cambio Juntos

Esta no es solo una lección de historia; es un llamado urgente a la acción. No podemos permitirnos la complacencia. Debemos:

 Educarnos: Profundizar en la historia del colonialismo y la esclavitud en Puerto Rico.
✅ Amplificar voces marginadas: Apoyar a artistas, activistas y líderes afrodescendientes.
✅ Exigir cambios legislativos: Abogar por políticas que combatan el racismo sistémico y la desigualdad.
✅ Desafiar el status quo: Cuestionar las narrativas que perpetúan el mito de una sociedad “post-racial”.
✅ Construir solidaridad: Forjar alianzas con otras comunidades marginadas para luchar colectivamente contra la opresión.

Los fantasmas de la esclavitud aún nos acechan, pero tenemos el poder de liberarnos. Trabajemos juntos para construir un futuro donde la emancipación no sea una promesa vacía, sino una realidad vivida por todos.

Únete al movimiento. Desmantelemos las ilusiones y forjemos una sociedad verdaderamente equitativa y justa.

Foto: Suad Kamardeen / Unsplash

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